Construyendo historias: Figu, 1ª parte

Autora: Carolina García Martín
1º curso del Grado de Educación Primaria
E.U. Magisterio de Donostia
UPV/EHU

Como cada año, llegó el día 32 de Clario, que era el mejor mes para ver el planeta Tierra desde Figu. 

El planeta Figu era especial, todas sus gentes se repartían en países por sus gustos. Estaba el país de la piruleta, el de la ropa, el de chocolate, el del ordenador, el del cómic y todas aquellas cosas que os podéis imaginar.

En cada país había un rey. Este se elegía por sus dotes y su destreza para realizar lo que cada clan veía oportuno; por ejemplo, en el de la piruleta era importante tener una buena dentadura sin caries, en el del ordenador era el que mejor utilidad le diera a su pc y así en cada uno de los países.

Cada año tenía 380 días y se repartía en dos meses. El primer mes duraba 10 días y se llamaba Probarium y el segundo se llamaba Clario y duraba 370 días. Cuando empezaba el año, se abría el plazo para crear los nuevos clanes y durante todo Probarium se hacían pruebas para saber quién sería el nuevo rey durante todo Clario.

El 32 de Clario era el día más importante de todos porque cada rey proponía algo nuevo que hacer en su país, y cada clan podía enviar sus nuevas proposiciones a los demás planetas. Si los demás planetas adoptaban los nuevos cambios quería decir que el rey sería una buena elección, de modo que se ganaba el respeto de todos sus seguidores. Pero si no era así, al acabar el año se le desterraba del país, por eso, pocas personas se querían presentar a rey pues no sabían si su propuesta sería buena.

Desde que se creó Figu, hacía miles de años atrás, nadie había sido desterrado pues todos los habitantes al trabajar y vivir en aquello que les gustaba lo hacían con soltura y con imaginación y en los demás planetas siempre causaban furor esas nuevas tendencias.

Pero este año algo iba a suceder que los figuranos no tenían en cuenta…


continuará... (sigue la etiqueta Figu del blog)